lunes, 16 de noviembre de 2015

Cross Atapuerca

Ayer domingo tocaba volverse a calzar los clavos, algo de lo que tenia muchísimas ganas de hacer. Quería volver a sentir el cross en mis piernas y qué mejor que en uno de los mejores croses del mundo, como es el de Atapuerca. Se trata un cross sensacional, tuvimos una mañana de calor, sin barro, sin agua y con un circuito rápido para correr.
 
El nerviosismo de no saber cómo me encontraría estaba ahí, sobre todo después de que hace 20 días estaba en línea de salida en la maratón de Frankfurt. Mis sensaciones eran buenas y tenia la esperanza de que correría bien.

Se dio el pistoletazo y quería sentirme en el grupo de cabeza, donde parecía que todo iba bien, pero al terreno no llegaba a controlarlo como con el asfalto. Sentía que me faltaba confianza a la hora de pisar y notaba que no iba tan bien físicamente como esperaba encontrarme. Las piernas las notaba 
fatigadas y no pude responder al cambio de ritmo que hubo. Por eso decidí aguantar mi ritmo y tratar de ir subiendo poco a poco el ritmo manteniendo las referencias que tenía delante.
 
Al final terminé en el puesto 13º de las españolas y la 18ª de la clasificación general. Viendo la clasificación, creo que no hice mala carrera para como acabé de sensaciones.
 
Ahora toca seguir con los entrenos, pues esta semana ya empecé de nuevo con la preparación de mi próxima maratón... me esperan de nuevo kilómetros y 
kilómetros... pero es lo que tiene esta prueba tan dura y mágica.

No obstante, antes, este fin de semana, volveré a calzarme de nuevo las zapatillas de clavos en el Cross Internacional de Soria. Será una mañana con mi gente, con mi circuito y con las ganas de volver a sentir los ánimos de la gente que está detrás del circuito.



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