El
pasado fin de semana pasado tuve la oportunidad de acudir, como espectadora, a
la mítica Behobia-San Sebastián, una carrera en la que muchos amigos corrían y
para la que se han estado preparando durante todo el verano para disputarla al
máximo, cada uno con objetivos diferentes.
La
Behobia-San Sebastián
celebró su 50 aniversario. Sigue siendo una de
las pruebas con más tirón del calendario popular a nivel nacional, llegando a
congregar este año hasta 30.000 corredores,
a los que habría que unir otros tantos o más espectadores.
Era
la primera vez que acudía a ver esta carrera. Lo cierto es que me encantó la
prueba y disfruté muchísimo viendo a muchos atletas conocidos. Eso sí, también
estaba que me subía por las paredes, al ver que no estaba dentro de la carrera,
pero en principio no entraba dentro de mi planificación de carreras. Incluso
con todas las ganas que pudiera tener, por motivos de becas este año no habría
podido competirla al estar esta prueba fuera del calendario de la RFEA. Por
ello, me tuve que conformar animando desde fuera y disfrutando de otra manera.
Me quedó un gran recuerdo y muchas ganas de poder disputarla un año y disfrutar
esta prueba desde dentro, como ya ocurriera el pasado año cuando hice la
Maratón de San Sebastián, en la que recorría calles por las que discurre la
Behobia y que hicieron que me vinieran a la mente recuerdos de aquella cita que
tanto supuso para mí.
Quisiera
dar la enhorabuena a mi compañero de equipo en New Balance Team, José Carlos
Hernández, y a una buena amiga Vanessa Veiga, que fueron los claros vencedores
de esta prueba, y que demostraron estar a un muy buen nivel de cara a sus
objetivos en maratones próximos.
Yo,
ya mas recuperada, empiezo a tener objetivos sobre próximas carreras a
disputar. Lo hago, sobre todo, con mucha ilusión y con las ganas de empezar a
verme como atleta tanto en el asfalto como en el cross, luchando por estar
entre las mejores y teniendo la misma ilusión que he tenido siempre hacia este
deporte, una vez que ya voy cogiendo la forma para estar donde siempre.