lunes, 12 de noviembre de 2018

Cross de Atapuerca

Con esa sensación de querer y no poder..  así me siento ahora mismo...

El Cross de Atapuerca era un buen test para ver cómo me desenvolvía en un tipo de competición, el campo a través, que siempre me ha encantado, que ha supuesto mucho en mi carrera deportiva. Era el retorno al cross tras casi año y medio, con maternidad de por medio, que no tocaba hierba en un cross. 

La primera toma de contacto no ha sido positiva, pues un cúmulo de circunstancias han podido incluso con lo que yo considero un buen estado de forma actual. Los nervios, el no verme adelante con los ritmos que habitualmente estaba acostumbrada, las ansias de volver ... 

Hacía 3 años que no corría en Atapuerca. Fue en 2015 la última vez que disputé el considerado mejor cross del mundo. De hecho, sólo echar un vistazo a sus clasificaciones indican el enorme nivel que cada año se da cita en el precioso circuito burgalés. En aquella ocasión acabé en la 19ª posición. 

Volver a Atapuerca ha sido un reencuentro, un volver atrás para intentar dar zancadas hacia adelante y conseguir mis objetivos. Me he encontrado con muchas de mis compañeras y rivales de los últimos años, algunas desde siempre. Eso siempre es motivo de muchas charlas, conversaciones, recuerdos, anécdotas. El primer paso está dado. 

En cuanto a la competición, la idea era estar lo más adelante posible, intentando acabar entre las primeras españolas para ganar opciones de cara a poder representar a España en el Campeonato de Europa de cross del próximo mes en Tilburg. Así fue durante unos dos kilómetros, pero el llevar tantos meses fuera de la pelea, de codearme con ellas; el ritmo, el viento, las ansias de correr rápido, los nervios. Parece que se juntó todo en forma de cóctel en el momento en que noté que la respiración no iba bien, las sensaciones no eran las más agradables. A pesar de tener a las primeras atletas españolas a tiro de piedra, opté por el abandono (algo que siempre me ha costado mucho). Me desagrada retirarme en una competición, pero en ese momento lo consideré lo más razonable. 

Tenemos que seguir trabajando, entrenando, cuidándome. Por supuesto, he tomado nota de lo sucedido y habrá que luchar para que eso no sea más que una anécdota y un motivo más para comentarlo dentro de unos meses como un paso más hacia mi regreso hacia la gran competición. No dejaré que eso sea una losa, sino un capítulo más en el libro del aprendizaje necesario para seguir disfrutando del deporte que me apasiona desde hace tantos años, el atletismo. 

Con mi trabajo y el apoyo de la gente de mi alrededor, de mi club y el de todos vosotros estoy segura de que en breve la camiseta del Beste Iruña me llevará hasta donde nos hemos marcado.

Gracias a todos y nos seguimos viendo por aquí, por los caminos, por los circuitos. Cuidaos y no os olvidéis de seguir practicando este bello deporte. 

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